Opinión de Gloria Pereda /*/ Los dos personajes que este fin de semana anunciaron su apoyo a la abanderada prianista para la gubernatura, Anabell Ávalos no se hace uno, y menos para afirmar que con su capital político logrará superar a la candidata por Morena.
En la efervescencia electoral, la suma y resta de candidatos es importante pero ¿hasta qué punto? Porque si algún candidato no le parece algo del partido que lo arropó se va y amenaza con llevarse, no sin antes amenazar a los cuatro vientos que se llevará a un importante capital político, sin embargo el desfile de «sumatorias» para Anabell Ávalos parece más una vendeta mediática que un apoyo real.
Ayer viernes en actos diferentes, dolidos y resentidos, Ricardo Morales y Rafael Ortega anunciaron su apoyo total a la prianista después de que ellos se mantuvieron por algún tiempo en las filas morenistas pero al no concretar sus proyectos personales, agarraron sus cosas y se marcharon ¿Dónde? Según ellos al lugar en el que le «dolería» a Lorena Cuéllar, la parte contraria.
De forma infantil y creyendo que llevarán una importante suma de votos, se presentan con la parte opositora hablando maravillas de quien los recibe y mal de quien los deja marcharse, porque Lorena Cuéllar no retiene, brinda amistad y apoyo pero si alguien no desea estar en su proyecto no obliga a permanecer en el, entonces ¿quiénes se ven mal ahora?
Oportunistas hay muchos y como alguien dijo, la historia los juzgará con el pasar del tiempo, esperemos no tengan la desfachatez de jugar por el partido que ahora apoyan y se vayan a otro, porque si de por si su credibilidad ya está mermada, en tres años tal vez la gente los recuerde como las personas mezquinas y egoístas como hoy se muestran.