Exhorta IMSS Tlaxcala a disminuir consumo de azúcar, sal y carbohidratos

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• Reducir o eliminar su consumo ayuda a disminuir factores de riesgo para enfermedades crónicas.

• Tener una alimentación saludable genera bienestar.

 

La sal y el azúcar son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. La primera es útil en el mantenimiento de la presión de la sangre y de los fluidos extracelulares; la segunda proporciona la energía que el organismo necesita para trabajar adecuadamente; pero ingerirlas en exceso puede provocar el desarrollo enfermedades crónicas y complicaciones al corazón, riñones y la microcirculación, informó el doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.

Añadió que “disminuir el consumo de azúcar, será como poner freno al crecimiento de la población diabética y prediabética en el país y en Tlaxcala, ya que 85 por ciento de la población adulta sobrepasa el nivel máximo de su consumo, que ha generado una fuerte crisis. En comparativa, es más grave que la adicción a drogas o violencia delictiva por su gran costo humano, social y económico”, dijo el especialista.

Es recomendable consumir cinco gramos de sal al día, incluyendo la que ya contienen los alimentos; sin embargo, algunas personas llegan a comer hasta 11 gramos al día, más del doble de lo permitido. En cuanto al azúcar, la porción ideal depende de la condición y estado de salud de cada persona, aunque es común que la población se exceda en su ingesta.

“Los carbohidratos que más aumentan de peso a la población son: el azúcar, los refrescos, los caramelos y golosinas; las papas fritas, aperitivos, harinas y granos refinados; el pan industrial y toda la gama de pastelería, señaló Díaz Parra, al agregar que además de la falta de saciedad, por mala costumbre de dejar de comer hasta que uno esté satisfecho-, lo que genera aumento de peso”.

Una dieta baja en sal (sodio) mantiene la presión arterial bajo control y disminuye de manera importante la posibilidad de sufrir enfermedades cardíacas, derrame cerebral o ataque cardíaco.

La reducción de azúcares, carbohidratos y sal debe acompañarse de estilos de vida saludable con alimentación sana, variada y suficiente, basada en el Plato del Bien Comer; así como el consumo de 8 vasos de agua simple potable; rutinas de ejercicio físico o la práctica de algún deporte (30 a 60 minutos por día), para mantener al cuerpo en constante movimiento.

Las personas con obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas, deben acudir a consulta con su médico familiar, para que se les otorgue asesoría sobre el tipo de ejercicio y dieta que deben llevar para evitar su descompensación.

Finalmente, recomendó a los padres de familia y tutores acudan con los menores de edad a los Módulos PrevenIMSS de la Unidades de Medicina Familiar (UMF) que les corresponde, para que reciban orientación sobre las cantidades idóneas del consumo en sal y azúcar de acuerdo con su peso, talla, edad y estilo de vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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