Según el estudio “Sequía en México” coordinado por la investigadora Fabiola Sosa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la zona centro del país a la que pertenece la región de Tlaxcala reportó desde 2019 un nivel de presión hidrológica alto, mayor al 100 por ciento, es decir, la demanda de agua concesionada o de uso para los hogares es mayor a la disponibilidad natural con la que cuenta el territorio.
El último estudio de la compilación analiza la relación entre la sequía, el acceso al agua y las consecuencias a la salud de la población en México.
Las aguas superficiales se convierten en el depósito de desechos industriales. Los que provocan una fuerte contaminación, a los que se suman los desechos humanos y domésticos producto del crecimiento urbano.
Esto genera un ciclo de explotación de aguas subterráneas, uso industrial y doméstico, producción de aguas negras, depósito de los desechos a las aguas corrientes superficiales. En fin, un ciclo vicioso que termina en escasez y contaminación.