ESCRIBIR…
Manejar los verbos, sinónimos, antónimos y las partes de la gramática de forma correcta, requiere de una destreza que sólo dan los años.
SOCIOLOGANTE… la opinión de la Mtra. Elsa Martínez Flores
Nunca había aquilatado el poder de la escritura como ahora, saber expresarse y plasmar líneas coherentes es un arte, acumular información para después contarlas se dice fácil, sin embargo, se requiere de cierta sensibilidad y habilidad, sobre todo, ser muy claro en lo que se pretende comunicar para que pueda provocar en la persona que lee alguna reacción.
Manejar los verbos, sinónimos, antónimos y las partes de la gramática de forma correcta, requiere de una destreza que sólo dan los años, está claro que existen honrosas excepciones, personas que desde temprana edad son ágiles en el manejo de la escritura.
Para escribir hay que leer y en la actualidad pocos quieren hacerlo, actualmente muchos temas se consultan por medio de videos cortos, tutoriales o infografías. Hoy quiero recordar a alguien que me enseñó a amar las novelas de Sherlock Holmes, cuya zaga es para verdaderos fanáticos del arte de la investigación, su creador, Conan Doyle creó al detective más ingenioso, con una mentalidad analítica digna de envida, y quien me apoyó para mejorar mi redacción era un verdadero fan de este tipo de literatura, así como de temas políticos y de cultura general.
De alma sensible y corazón de niño tuvo como objetivo dominar la pluma, meta que pudo lograr debido a su esfuerzo y dedicación. Fueron muchas ocasiones en las que yo pedía que leyera lo que escribía, después corregía y daba consejos para perfeccionar lo que redactaba, gracias a sus observaciones mejoré, pero jamás alcanzaré su estándar.
Por motivos profesionales y de estudio dejé de publicar esta columna, ahora la retomo tal vez no con la continuidad que se requiere, por los compromisos que adquirí, aunque siempre extrañaré consultarle a quien me enseñó a que, para escribir primero debes amar tu profesión, ser constante, así como mantener en una dinámica de lectura diaria. Lo admiré y quise mucho, todos los días lo recuerdo y en su honor escribo estas líneas… Un hermano nunca se va, porque se mantiene en la memoria del corazón.