En noviembre del año 2009, John decidió explorar la cueva Nutty Putty, ubicada al sur de Utah. Esta cueva era conocida por sus pasajes estrechos y serpenteantes, y había sido un destino popular para los espeleólogos desde1960.
A John le encantaba hacer espeleología (práctica de explorar y/o estudiar las cavidades naturales del subsuelo) con su familia, había hecho expediciones desde niño con su padre y hermano.
Durante la expedición de 2009, John intentó pasar por un conducto muy estrecho de la cueva pero ya no era aquel niño que entraba en cualquier espacio, ahora era un adulto de 90 kilos y 1.80 metros de estatura. Lo peor es que se confundió y terminó metiéndose en una región no explorada donde quedó atrapado en posición invertida, con su cuerpo inclinado hacia abajo en un ángulo de casi 90 grados.
El hombre no tenía espacio para moverse y mucho menos para darse la vuelta. En cada intento de escapar se atascaba más, solo con los pies fuera de la diminuta apertura. Quien lo encontró primero fue su hermano, el que luego de muchos intentos fallidos llamó a varios equipos de rescatistas llegando a ser más de 100 personas en las siguientes 24 horas.
Pero todo fue en vano, ninguna estrategia funcionó para sacar a John, usaron cuerdas, cavaron la tierra a su alrededor, pero de nada sirvió. En total fueron 27 horas de desesperada lucha hasta que finalmente falleció de un paro cardíaco. Su cuerpo nunca se pudo sacar y la cueva Nutty Putty fue sellada para siempre.