Su perseverancia refleja que la edad es solo un número, porque cuando se quiere, se puede
Evangelina, de 82 años, logró terminar su primaria. Con una sonrisa de satisfacción y un certificado en la mano, esta admirable abuelita se convirtió en un ejemplo de perseverancia y dedicación para todos aquellos que creen que los sueños tienen fecha de caducidad.
Evangelina, quien ha vivido toda su vida en Altamira, decidió que nunca es tarde para comenzar. Gracias a su determinación, y con el apoyo del Instituto Tamaulipeco de Educación para Adultos (ITEA), finalmente terminó su educación primaria. Este logro representó un triunfo personal, pero también una lección sobre la importancia de la educación en cualquier etapa de la vida.
Orgullo en redes: Abuelita pone el ejemplo y se convierte en inspiración
Su hija, Kary Mendoza, no pudo contener su orgullo al compartir el logro de su madre en redes sociales. Las felicitaciones no se hicieron esperar, y la historia de la abuelita se convirtió en un ejemplo de inspiración para todos aquellos que aún tienen metas por cumplir.
La experiencia de Evangelina demostró que la edad no es un obstáculo para seguir aprendiendo y que la educación es una herramienta para alcanzar los sueños. Este esfuerzo destacó lo importante que es nunca rendirse, sin importar las circunstancias. Así, Evangelina dejó claro que, con valentía y determinación, es posible abrir nuevos caminos y alcanzar aquello que siempre se anheló.
El ITEA, institución que le cumplió este sueño, ofrece programas gratuitos para adultos mayores, brindando una segunda oportunidad para quienes desean continuar su educación.