Star Wars: La emotiva historia de R2-KT, la droide astromecánica de color rosa que apareció en una película
R2-KT acompañó a Katie Johnson durante el resto de su vida, cumpliendo la promesa de cuidar de ella. Como hemos dicho, el nacimiento de R2-KT fue doloroso, pero desde entonces hizo que valiera la pena.
R2-KT es un droide astromecánico muy especial dentro del imaginario de Star Wars. Tan especial que tuvo su origen fuera de él.
Ha llovido mucho desde que, en 1977, cuando George Lucas estrenó Star Wars episodio IV: Una nueva esperanza, quedase sembrada una semilla que no tardó en germinar y convertirse en un fenómeno de la cultura pop de lo más especial, con millones de fans a lo largo y ancho del globo que viven con pasión su amor por Star Wars y absolutamente todo lo que les rodea, aunque a veces discrepen entre ellos en películas como Star Wars episodio VIII: Los últimos Jedi.
Star Wars ha dejado a su vez una cantidad impresionante de personajes que muchos podemos reconocer al instante con solo escucharlos y verlos fugazmente. Villanos carismáticos como Darth Vader que se cuentan entre los villanos más icónicos del séptimo arte, sinvergüenzas que generaron toda una oleada de personajes descarados a la par que entrañables como Han Solo o princesas que no necesitan que nadie las salve porque se bastan ellas solitas para rescatar a sus rescatadores como la princesa Leia..
Pero hoy, en Hobbyconsolas, no vamos a hablar de un personaje de Star Wars nacido en la pantalla o en las páginas de un libro, sino en el mundo real. Hoy, conocemos a R2-KT, la droide rosa con el corazón de oro.
Un nacimiento doloroso
A primera vista, no dudaríamos en decir que R2-KT es un R2-D2 rosa y punto, y francamente, estaríamos en lo cierto. Pero vamos a remontarnos al pasado. En el año 2004, Katie Johnson, una niña de 7 años, fue diagnosticada de cáncer cerebral. Katie era la hija de Albin Johnson, uno de los fundadores del club internacional de costuming Legión 501 (501st Legion), quien ya estaba muy implicado en las labores solidarias con la comunidad a través del club y que no tardó en recibir multitud de muestras de apoyo y recogidas de fondos para tratar de hacer la vida de Katie más fácil. El propio George Lucas llegó a grabar un vídeo para la pequeña fan.
Uno de los deseos de Katie Johnson era tener un R2 para que cuidase de ella del mismo modo que R2-D2 cuidó de Padmé Amidala en Star Wars episodio II: El ataque de los Clones. A través del club de constructores de droides R2 Builders, Jerry Greene se hizo eco de la historia que golpeaba a la familia Johnson, y a través de los miembros del club de constructores de droides, reunieron todas las piezas necesarias para construir en pocos meses un droide completamente funcional y operativo que pintaron de rosa y bautizaron como R2-KT, cuyas segundas siglas se leen en inglés como Katie, en honor a la pequeña.
R2-KT acompañó a Katie Johnson durante el resto de su vida, cumpliendo la promesa de cuidar de ella. Como hemos dicho, el nacimiento de R2-KT fue doloroso, pero desde entonces hizo que valiera la pena.
Un símbolo de solidaridad
Lejos de dejarse llevar por la pérdida de su hija, algo que obviamente destrozó a Albin Johnson, decidió que el droide que habían creado con su nombre podía ser mucho más, y que el legado que dejaría honraría a su hija. Desde entonces, R2-KT se ha convertido en un símbolo a la hora de concienciar de las enfermedades infantiles, especialmente del cáncer, y realiza frecuentes visitas a hospitales de todo el mundo para ayudar a los más pequeños a evadirse de las plantas de pediatría, en sentido figurado, y llevar el amor por Star Wars y la esperanza a muchos de ellos.
Las campañas de recaudación de fondos en las que ha participado R2-KT han conseguido cientos de miles de dólares en Estados Unidos, todos ellos destinados a causas solidarias a través de fundaciones como Make a Wish. Naturalmente, la iniciativa de Albin Johnson motivó a muchas personas del mundo a seguir su estela, algo que ya consiguió con su club de costuming, la Legión 501.
El programa AmbassaDroid
A través de la web oficial de R2-KT, Albin Johnson dio forma al programa AmbassaDroid. Muchas personas de todo el mundo querían hacerse eco de la solidaridad de esta entrañable droide rosa con el corazón de oro, pero R2-KT solamente podía estar en un sitio al mismo tiempo, y los viajes internacionales se convertían en ocasiones en desembolsos costosos para todos los implicados. Con el programa AmbassaDroid, nuevas unidades gemelas de R2-KT fueron naciendo en diferentes países.