Usuarios y ciudadanos de Xiloxoxtla han expresado su molestia por la deficiente atención médica que se brinda en el municipio, acusando a la presidenta municipal, Yazmín Jiménez Rugerio, de no abordar los problemas de salud que aquejan a la población, principalmente la falta de medicamentos en el Centro de Salud.
Esté reclamo surge de la creciente frustración por la falta de respuestas ante las necesidades de salud de los habitantes, quienes piden una pronta intervención de la alcaldesa ante la Secretaría de Salud, a efecto de que solucione el problema. Pero, según los propios quejosos, la munícipe anda más ocupada en pasearse y gastarse el dinero en su vida privada, que en atender las verdaderas demandas del municipio, ya que no se le localiza en la presidencia municipal, pero eso sí tiene tiempo para pasear y para despilfarrar el dinero de los ciudadanos.
A través de una denuncia ciudadana, se ha señalado que el sistema de salud en Xiloxoxtla está en condiciones alarmantes. Según los testimonios, en el Centro de Salud –ahora denominado «Bienestar»– no hay consultas disponibles, ni siquiera en casos urgentes, como cuando un menor presenta síntomas de fiebre y malestar general.
Además, se acusa que las consultas que se ofrecen son limitadas y los médicos atienden a los pacientes solo cuando lo consideran conveniente.
Otro de los señalamientos más graves es la escasez de medicamentos, situación que empeora debido a que los mismos trabajadores del centro de salud se llevan los medicamentos.
Esta situación ha generado gran inconformidad entre la población, que señala que, además de la creciente inseguridad en el municipio, el acceso a servicios médicos se ha vuelto cada vez más complicado.
Los ciudadanos también expresaron su descontento con la llegada de la nueva doctora, a quien acusan de nepotismo al atender principalmente a conocidos, mientras que los demás médicos siguen el mismo patrón de desatención.
Los habitantes exigen la implementación de un médico de guardia para emergencias médicas, así como una mejora en los servicios básicos de salud, los cuales deberían ser gratuitos para todos, ya que son financiados con los impuestos de los ciudadanos.