Los vecinos piden que intervenga el gobierno estatal y que lo haga pronto.
Desde hace más de cinco días, las puertas de la Unidad de Salud IMSS-Bienestar en Villa Mariano Matamoros, Ixtacuixtla, no se han vuelto a abrir.
Las sillas de espera están vacías, los consultorios en silencio y la reja permanece cerrada. Una lona blanca, colgada afuera del edificio, explica la razón: el personal médico se retiró tras recibir presuntas amenazas de autoridades locales.
Quienes antes atendían partos, aplicaban vacunas o tomaban la presión, ahora han optado por el resguardo. Alegan que no hay condiciones de seguridad para seguir brindando servicios. El temor fue más fuerte que la vocación.
Refieren que el conflicto inició por la mala atención que brindaban las doctoras adscritas a dicha unidad médica, de ahí que solicitaron el apoyo de las autoridades de comunidad para pedir su cambio, pero no les hicieron caso.
Los vecinos piden que intervenga el gobierno estatal y que lo haga pronto. No importa de quién sea la culpa, dicen, lo urgente es que vuelva el servicio. Porque la salud en una comunidad no debería ser rehén de conflictos.
