Se encabrona el que quiere ser gobernador; no hay agua en Apizaco pero Rivera dice que da resultados

 

Lejos de admitir errores o aclarar las múltiples críticas ciudadanas, el alcalde adoptó un tono desafiante, justificando la falta de transparencia con afirmaciones poco claras.

 

En lugar de rendir cuentas claras, el presidente municipal de Apizaco, Javier Rivera Bonilla, se escuda en ataques políticos y promesas por cumplir. En una entrevista reciente, el edil aseguró que su gobierno se basa en acciones, no en discursos, aunque hasta ahora no ha mostrado resultados tangibles que respalden sus dichos.
“Hay muchos detractores políticos. Entre más me peguen, se los voy a demostrar con hechos”, declaró Rivera Bonilla, sin presentar evidencia concreta de avances en su administración.
Lejos de admitir errores o aclarar las múltiples críticas ciudadanas, el alcalde adoptó un tono desafiante, justificando la falta de transparencia con afirmaciones poco claras. Anunció que en los próximos días presentará un informe sobre la recaudación de los últimos cinco meses, reconociendo implícitamente que antes sabía de recursos que no se declaraban, pero no actuó al respecto.
“Antes no podía hacerlo, pero sabía que había recursos que no se declaraban. Hoy sí”, dijo, sin explicar por qué toleró esta supuesta irregularidad.
Las críticas a su gestión, que van desde decisiones improvisadas hasta la opacidad en programas como los parquímetros, fueron minimizadas por Rivera Bonilla con un discurso autojustificatorio.
“Me critican que tengo ocurrencias… Yo no les voy a dar gusto a todos los ciudadanos, pero no los voy a defraudar”, sostuvo, sin dar claridad sobre cómo ni cuándo pretende cumplir lo que promete.
Sobre el tema de los parquímetros, uno de los más polémicos en su administración, el edil volvió a prometer transparencia, ahora con un plazo de tres semanas para informar sobre los recursos generados. Mientras tanto, las dudas y la inconformidad entre la ciudadanía continúan creciendo.
Con estas declaraciones, el presidente municipal intenta blindarse con palabras mientras los hechos –los que dice representar– siguen sin aparecer. Apizaco sigue esperando más acciones y menos discursos.