Los ciudadanos armados de cubrebocas y pañuelos para resistir el mal olor, han tenido que adaptarse al abandono oficial.
Tlaxcala capital vive una crisis sanitaria a plena luz del día, y su presidente municipal, Alfonso Sánchez García, permanece ausente, indiferente e incapaz de enfrentar los problemas más básicos de su administración.
Mientras vecinos y comerciantes luchan por sobrevivir entre aguas negras y olores insoportables, el edil continúa más preocupado por su imagen que por ejercer su responsabilidad.
La emergencia se concentra en la avenida Leonarda Gómez Blanco, junto al Parque de la Amistad, donde el drenaje colapsado lleva semanas provocando brotes incontrolables de aguas residuales. La escena es dantesca: aguas negras corriendo libremente, olores pestilentes y un evidente foco de infección en plena zona urbana.
Los ciudadanos armados de cubrebocas y pañuelos para resistir el mal olor, han tenido que adaptarse al abandono oficial.
“Estamos hartos de que el presidente solo aparezca en fotos y eventos, mientras nuestra salud y dignidad están por los suelos”, señalaron comerciantes de la zona, quienes aseguran estar perdiendo clientes y calidad de vida por la omisión de las autoridades.
El alcalde Alfonso Sánchez García, quien durante su campaña prometió cercanía y eficiencia, hoy brilla por su ausencia y su falta de gestión. No ha emitido ni un solo comunicado, ni ha desplegado personal para contener el desastre. Su silencio, en este caso, es un acto de desprecio hacia los ciudadanos que lo eligieron.
Especialistas advierten que, de no atenderse de inmediato, el problema podría desencadenar brotes de enfermedades gastrointestinales, infecciones cutáneas y proliferación de mosquitos, justo en temporada de calor. La salud pública está en riesgo, y el presidente municipal actúa como si no fuera su competencia.