Esto demuestra la desfachatez con la que se conduce el alcalde quien presume trabajar por Apizaco y en los hechos salió bueno para la tranza.
Durante los primeros meses de gestión del presidente municipal de Apizaco, Javier Rivera Bonilla, el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) detectó múltiples irregularidades en el manejo de recursos públicos, que generaron un presunto daño patrimonial por más de 2.2 millones de pesos.
El informe señala prácticas como asignaciones directas de obras sin licitación, pagos por trabajos no ejecutados, adquisición de bienes y servicios a sobreprecio y contrataciones con vínculos familiares, lo que apunta a posibles casos de nepotismo.
Entre los hallazgos más relevantes destacan la adjudicación de contratos a empresas con vínculos cercanos al alcalde, y la autorización de bonos de compensación a miembros del Cabildo que no están contemplados en la normatividad municipal. Uno de estos pagos asciende a 262 mil pesos, sin fundamento legal.
También se documentó el incremento salarial del propio alcalde, aprobado por el Cabildo, y gastos por más de cuatro millones de pesos en mantenimiento vehicular y otros servicios, igualmente otorgados sin proceso de licitación.
Aunque originalmente se había estimado un daño patrimonial cercano a los 6 millones de pesos, el OFS aceptó diversas solventaciones presentadas por la administración municipal, reduciendo la cifra final a poco más de 2 millones.
Lo anterior demuestra la desfachatez con la que se conduce el alcalde quien presume trabajar por Apizaco y en los hechos salió bueno para la tranza.