El directivo minimizó la situación y dio la espalda a la familia de la menor alegando una serie de pretextos para evadir su responsabilidad.
En la escuela Juan Cuamatzi, en Contla, una menor fue víctima de una agresión física y emocional por parte de la trabajadora del comedor, Lucero Flores Hernández.
Según la denuncia, la mujer la obligó a comer a la fuerza, introduciéndole la cuchara hasta causarle la caída de un diente, mientras la niña era tironeada del brazo, quedando visiblemente afectada.
Lo alarmante es que, al intentar presentar la queja, la abuelita de la menor se encontró con la negativa de la dirección del plantel, al mando de Carlos Guarneros bajo el argumento de que no contaba con la patria potestad, dejando a la niña desprotegida frente a su agresora dentro de la escuela.
El directivo minimizó la situación y dio la espalda a la familia de la menor alegando una serie de pretextos para evadir su responsabilidad y la de la empleada, que dicho sea de paso, no tiene valores para desempeñarse en ese puesto poniendo en riesgo la seguridad de otros menores.
La situación se agravó cuando la trabajadora, según los denunciantes, habría movilizado patrullas acusando falsamente a la abuela de agresión, generando una campaña de desprestigio en contra de la familia, mientras la menor permanece vulnerable dentro del mismo plantel.
La familia exige que las autoridades escolares y de protección a la infancia actúen de manera inmediata para garantizar la seguridad y bienestar de la niña, alertando sobre la necesidad urgente de protocolos claros contra cualquier tipo de abuso en los espacios educativos.