Se desata furia ambiental, pretenden talar más de 500 árboles por rehabilitación del Parque de la Juventud

 

Los inconformes advirtieron que no están en contra de que el espacio sea rehabilitado, pero condenaron la manera caprichosa en que Morales Tzompa impulsa el proyecto

 

 

 

 

Una nueva polémica sacude al Instituto Tlaxcalteca de la Juventud (ITJ), luego de que la titular Lucero Morales Tzompa fuera señalada como la responsable de un posible ecocidio en el Parque de la Juventud, donde se pretende derribar más de 500 árboles con el pretexto de una “remodelación”.

La mañana de este viernes, un grupo de ambientalistas encabezados por la activista Félix Pozos se manifestó frente a palacio de gobierno para exigir al Ejecutivo Estatal que detenga las acciones arbitrarias que amenazan con destruir una de las pocas áreas verdes de la capital.

Los inconformes advirtieron que no están en contra de que el espacio sea rehabilitado, pero condenaron la manera caprichosa en que Morales Tzompa impulsa el proyecto, sin estudios de impacto ambiental ni consulta ciudadana, poniendo en riesgo no solo la flora, sino también la fauna que habita en el lugar.

“El parque alberga aves de diferentes especies que ya no tendrán dónde refugiarse si tiran los árboles”, denunciaron los ambientalistas, quienes acusaron a la funcionaria de anteponer sus intereses personales y su protagonismo político por encima del bienestar ecológico y social.

Los manifestantes exigieron transparencia en el uso de los recursos públicos y pidieron la intervención inmediata de las autoridades ambientales para frenar lo que calificaron como un atentado ecológico disfrazado de obra pública.

Vecinos de la zona se sumaron a la protesta, señalando que el Parque de la Juventud no necesita destrucción, sino mantenimiento y respeto. “No queremos cemento, queremos árboles”, expresaron con pancartas y consignas dirigidas a la funcionaria del ITJ, quien hasta el momento guarda silencio ante las acusaciones.

El caso ha encendido las alarmas entre colectivos ambientales, que advierten que, de concretarse la tala masiva, Tlaxcala perdería una parte esencial de su pulmón urbano, todo por satisfacer los caprichos de una funcionaria más preocupada por la foto que por el medio ambiente.