¡IBA A SER NIÑA! Durante el entierro de Lupita Fernández, víctima de la explosión en el Waldos de Hermosillo, su familia realizó una revelación de sexo.
El humo rosa lo dijo todo: el bebé que ella esperaba era una niña.
La emoción se mezcló con el llanto, y el dolor con el amor más puro.
Su hermano Ángel organizó la ceremonia con el corazón destrozado.
Lupita murió junto a su mamá Guadalupe y su hermano Alejandro.
Tres vidas que se apagaron en un instante…
Y un angelito que no alcanzó a nacer, pero ya tiene un lugar en el cielo.
