Los accidentes más graves han ocurrido en talleres clandestinos o durante fiestas patronales, donde muchas veces la pólvora se mezcla con el alcohol y la imprudencia.
La fabricación y quema ilegal de pirotecnia sigue siendo una bomba de tiempo en Tlaxcala. Así lo reconoció el coordinador estatal de Protección Civil, Juvencio Nieto Galicia, quien alertó que los accidentes más graves han ocurrido en talleres clandestinos o durante fiestas patronales, donde muchas veces la pólvora se mezcla con el alcohol y la imprudencia.
Aunque el estado ha logrado reducir los incidentes pirotécnicos, la clandestinidad persiste y representa un riesgo latente para comunidades enteras. Nieto Galicia informó que la CEPC y la Sedena tienen registrados 60 polvorines con permiso oficial, principalmente en Sanctorum y Xaloztoc, donde se realiza capacitación e inspección constante.
“En los talleres regulados no hemos tenido accidentes, el problema está en quienes manipulan pólvora sin conocimiento ni medidas de seguridad. La combinación de alcohol y explosivos puede ser mortal”, advirtió el funcionario.
Protección Civil mantiene acciones de supervisión y diálogo con los productores, pero la realidad —dijo— es que mientras haya venta y quema ilegal de cohetes, el riesgo seguirá latente.
