Estudio mexicano identifica metales dañinos en maquillaje vendido en distintos precios
Detectan metales tóxicos en labiales comercializados en México. Una investigación reciente encendió las alertas sobre la seguridad de los lápices labiales que se venden en el territorio mexicano.
Profesionales y estudiantes de la UNAM y del IPN encontraron que productos de todas las gamas —desde los más económicos hasta los de lujo— contienen metales pesados en cantidades elevadas.
El estudio reveló la presencia de diversos elementos como vanadio, níquel, zinc, plomo, bario y bismuto, todos con potencial tóxico para el cuerpo humano.
Los tonos donde se detectaron mayores concentraciones fueron violeta, rosa, pardo, rojo, negro, amarillo y magenta.
Estudio confirma metales tóxicos peligrosos encontrados en múltiples labiales vendidos en México
En los resultados de la investigación, los especialistas señalaron que:
“Nuestros recientes resultados de investigación demuestran que los lápices labiales de colores violeta, rosa, pardo, rojo, negro, amarillo y magenta de la gama (precio) baja, media y alta de uso en México, particularmente en Morelia, capital del estado de Michoacán, contienen altas concentraciones de vanadio”.
Los labiales de gama baja fueron los más preocupantes, pues presentan las concentraciones más altas de vanadio en los productos.
Este metal puede provocar daños respiratorios y digestivos, además de síntomas como palpitaciones, agotamiento, depresión y temblores.
Sobre las cantidades encontradas dentro del maquillaje, el reporte detalló:
“En un intervalo de centenas en gamas medias y altas, pero con concentraciones de millares en la gama baja, a pesar de que el límite recomendable de ingesta de vanadio es menor a los 10 mg por kilogramo de peso corporal”.
En las gamas medias, los especialistas detectaron altos niveles de zinc —hasta 11.7 por ciento— y níquel, además de trazas de plomo, un metal relacionado con afectaciones neurológicas.
Por su parte, los expertos advirtieron que estos compuestos pueden entrar al cuerpo tanto por vía oral como tópica. Y aunque muchas personas no lo notan, la exposición constante puede convertirse en un riesgo silencioso para la salud.
La intoxicación aguda por vanadio, por ejemplo, puede causar daños respiratorios y digestivos, palpitaciones, agotamiento, depresión y temblores.
