1. La tilma no debería existir… pero ahí sigue
El ayate de maguey normalmente dura 20 a 30 años antes de deshacerse.
El de Juan Diego tiene 492 años… ¡y está intacto!
2. Se “restauró” sola
En 1785, ácido nítrico cayó sobre la tilma y debió destruirla.
Pero en 30 días, la zona dañada se regeneró inexplicablemente.
3. Los ojos muestran reflejos humanos
Al ampliarlos al 2500%, investigadores detectaron reflejos como los de un ojo vivo, donde aparecen varias figuras, incluyendo a Juan Diego.
Este efecto —Purkinje-Sanson— no puede reproducirse con pintura.
4. Las estrellas del manto cuentan una historia
El acomodo coincide con el cielo del 12 de diciembre de 1531, visto desde la Ciudad de México. No están al azar: es un mapa celeste.
5. Mantiene “temperatura humana”
No importa si hace frío o calor: el ayate se conserva a 36.6 °C, como si emanara calor propio.
¿Ya conocías alguna de estas?
