Durante el Maratón Femenil en los Juegos Paralímpicos, el guía de la española Elena Congost comenzó a sufrir calambres a unos cuantos metros de la meta.
Para evitar que cayera con él, su guía soltó la cuerda, pero Elena volvió, lo tomó de la mano y lo ayudó a terminar el Maratón juntos.
Poco tiempo después, las autoridades informaron de su descalificación debido a que el reglamento prohíbe soltarse de la cuerda en ningún momento, por lo que les retiraron la medalla de bronce que habían conseguido.
«Estoy destrozada, es injusto y surrealista. Que todo el mundo sepa que no me descalifican por hacer trampas, sino por ser persona», comentó la atleta.