Diseñador de ropa le pide a Ángela Aguilar que le devuelva sus vestidos

Jacob Meyer ha trabajado con figuras como Paris Hilton y Jennifer Lopez

Jacob Meyer, un reconocido diseñador de modas con una tienda exclusiva en Melrose Avenue, Los Ángeles, especializada en vestir a celebridades para alfombras rojas y premiaciones, compartió su experiencia con Ángela Aguilar. Meyer ha trabajado con figuras como Paris Hilton y Jennifer Lopez, pero su anécdota con la cantante mexicana ha dado de qué hablar.

¿Cómo conoció Jacob Meyer a Ángela Aguilar?

Hace unos cinco años, Ángela Aguilar visitó la tienda de Meyer junto a su madre, cuando tenía alrededor de 16 años, y se preparaba para asistir a unos premios de influencers en México. Fue la asistente del diseñador quien reconoció a Ángela y convenció a Meyer de prestarle dos vestidos icónicos, previamente usados por Kerry Underwood y Mel B.

“Ella vino con su mamá, creo que tenía 16 años en ese tiempo, iba para unos premios de influencers en México”, comentó Meyer.

Problemas tras el préstamo del diseñador de los vestidos a Ángela Aguilar

Jacob Meyer, quien habitualmente cobra por el alquiler o venta de sus diseños, decidió prestar los vestidos sin costo alguno, con la promesa de que Ángela los usaría, le enviaría fotos y luego los devolvería.

“Solo se los di, yo usualmente cobro un alquiler o los vendo, pero ella me prometió que los iba a llevar a México, que se los iba a poner, que me iba a traer fotos y los vestidos.”

Sin embargo, después de las primeras semanas, Meyer perdió el contacto con Aguilar.

“Las primeras dos semanas yo la llamaba y le preguntaba ‘¿todo está bien?’, y después perdí el contacto (…) quiero mis vestidos de regreso, por 39 años yo nunca había tenido un problema de que una celebridad tomara una pieza de mi tienda y no la devolviera.”

El valor de los vestidos

El precio original de estos vestidos es de 12,500 dólares, pero su valor aumenta considerablemente después de ser usados por celebridades. Para Meyer, estas piezas no solo tienen un valor económico, sino también sentimental. Esto porque forman parte de una colección que planea exhibir en un futuro museo dedicado a sus diseños.