Los vecinos también denunciaron que los delitos son cada vez más frecuentes: robos a casa habitación, comercios, autopartes e incluso vehículos completos.
Ante incapacidad de la policía de Tlaxcala, vecinos de Tizatlán hacen justicia por propia mano y someten a ladrona
La creciente ola de robos en la comunidad de Tizatlán ha llevado a los propios ciudadanos a tomar en sus manos las tareas de seguridad que, por ley, le corresponden a la Policía Municipal de Tlaxcala, evidenciando el fracaso del alcalde Alfonso Sánchez García en garantizar la tranquilidad de las y los capitalinos.
En redes sociales circula el testimonio de un grupo de vecinos que lograron detener a una presunta ladrona que, acompañada de otras tres personas, fue sorprendida robando en una vivienda ubicada en la calle 12 de Mayo. Lo alarmante no solo es el hecho del robo, sino que no había presencia policial, y fue la ciudadanía quien tuvo que actuar.
El mensaje compartido en redes no solo narra los hechos, sino que lanza un llamado urgente a la comunidad para organizarse y cuidarse entre ellos, ante lo que consideran una total omisión de las autoridades municipales.
“Nuevamente Tizatlán… como vecinos deberíamos unirnos y hacer algo”, dice la publicación.
“Tenemos que hacer justicia”, concluye el mensaje, con tono de desesperación e indignación.
Los vecinos también denunciaron que los delitos son cada vez más frecuentes: robos a casa habitación, comercios, autopartes e incluso vehículos completos.
Todo esto ocurre mientras el alcalde Alfonso Sánchez García mantiene silencio o limita sus acciones a discursos, dejando a una comunidad entera a merced de la delincuencia.
A pesar de los constantes llamados y denuncias, la policía municipal no aparece cuando más se le necesita, y en lugar de fortalecer la seguridad, el Ayuntamiento parece haber dejado en el abandono a una de las comunidades históricas y más activas de la capital.
Organizaciones ciudadanas y habitantes de otras colonias comienzan a sumarse al llamado de autodefensa vecinal, una señal clara de que el gobierno municipal ha perdido el control y, aún más grave, la confianza de su gente.