Puro copetón se le permitió el acceso a la celebración del 7 de Mayo; Karina tuvo miedo a las mentadas 

 

La molestia entre los agremiados se intensificó tras el silencio y la falta de transparencia por parte de Erazo Rodríguez.

 

 

Dirigente del Sindicato 7 de Mayo usa la fuerza pública para silenciar críticas; evaden explicar escándalo familiar vinculado a delitos graves

Un nuevo episodio de tensión e inconformidad se vivió al interior del Sindicato “7 de Mayo”, luego de que agremiados acusaran a su secretaria general, Karina Erazo Rodríguez, de impedir el paso a trabajadores un evento cívico que se desarrolló la mañana de este jueves como parte del 69 aniversario del organismo.

Lo anterior por temor a las críticas, y de haber utilizado a elementos de la fuerza pública para impedir el ingreso a trabajadores que buscaban manifestarse pacíficamente.

La molestia entre los agremiados se intensificó tras el silencio y la falta de transparencia por parte de Erazo Rodríguez, quien enfrenta señalamientos públicos debido a que su hermano Daniel N., estaría vinculado a delitos como venta de droga y trata de personas, según versiones difundidas en medios y por manifestantes.

Los trabajadores identificados con el grupo del ex líder sindical Edgar Tlapale y que intentaban ingresar al acto sindical afirmaron que fueron bloqueados y amedrentados por personal de seguridad, lo que violenta su derecho a la libre expresión y participación sindical.

“La dirigencia está usando su posición para blindarse de los cuestionamientos, no para representar a la base trabajadora”, denunciaron asistentes inconformes.

En una breve declaración pública, Karina Erazo se deslindó de toda relación con el proceso judicial que enfrenta su familiar, argumentando que se trata de un asunto “totalmente ajeno” a su papel como líder del sindicato. Sin embargo, no ofreció ninguna explicación concreta ni detallada sobre la situación que enfrenta su entorno cercano, limitándose a señalar que “esperará a que la justicia haga su trabajo”.

La respuesta fue considerada insuficiente y evasiva por parte de quienes exigen rendición de cuentas, no solo por el escándalo familiar, sino también por la falta de claridad en el manejo de recursos sindicales y decisiones unilaterales tomadas por la dirigencia.

“No podemos tener una dirigencia que se esconde detrás de comunicados vacíos. Lo mínimo que esperamos es una explicación clara, y que se respete nuestro derecho a expresarnos como base trabajadora”, señalaron manifestantes.

El malestar crece en un sindicato históricamente importante para los trabajadores del estado, cuya credibilidad hoy se ve seriamente cuestionada por la opacidad, el autoritarismo interno y los vínculos familiares incómodos de su actual lideresa.