Manipulan exámenes de control y confianza en el C3 para favorecer a los cuates 

 

Columba Ibeth Sánchez García está despidiendo a empleados capacitados y evaluados, sin justificación alguna, para colocar a amigos y familiares en cargos clave, como su sobrina, quien ocupa un puesto administrativo importante.

 

La Dirección del Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza (C3) en Tlaxcala, bajo el mando de Columba Ibeth Sánchez García, se ha convertido en un centro de corrupción, abuso de poder y nepotismo. Las denuncias sobre su gestión se acumulan, y cada vez son más los trabajadores que se atreven a destapar las prácticas cuestionables que se llevan a cabo en este organismo público.

Sánchez García no solo ha vulnerado los principios más básicos de ética, sino que ha utilizado su puesto para beneficiar a su círculo cercano, mientras que el personal del C3 sufre las consecuencias de un régimen autoritario. Es acusada de manipular los resultados de las evaluaciones de confianza, presionando a los evaluadores en áreas clave como Poligrafía, Psicología y Toxicología para alterar los resultados de manera que favorezcan a ciertos candidatos. Todo esto, a cambio de dinero, una clara muestra de corrupción.

De acuerdo a una denuncia ciudadana, la directora ha utilizado su puesto para hacer negocios personales a costa del erario público. Con el presupuesto destinado para el C3, Sánchez García ha comprado computadoras, vehículos y propiedades inflando los costos para quedarse con una parte considerable de los fondos. Lo más indignante es que algunos de estos bienes, como las pantallas y computadoras, ni siquiera se colocaron en el C3, lo que deja claro que su única intención era llevarse estos recursos para uso personal.

La manipulación de los recursos no para ahí. En cuanto al bono de fin de año enviado por la Federación, la directora redujo la cantidad destinada a los empleados del C3, entregándoles solo una fracción de lo prometido. ¿Dónde está el resto del dinero? Nadie sabe. Mientras tanto, la intendencia es explotada sin miramientos, siendo utilizada para los intereses privados de Sánchez García.

Por si fuera poco, la directora ha instaurado un régimen de hostigamiento laboral, vigilando a su personal a través de cámaras, que no se utilizan para el fin que fueron instaladas: la grabación de las evaluaciones. En su lugar, Sánchez García utiliza las cámaras para controlar y acosar a los trabajadores, creando un ambiente tóxico en el que la libertad laboral está seriamente amenazada.

Otro ejemplo flagrante de abuso de poder son las exigencias de dinero a su personal para financiar regalos caros para la gobernadora. Este «donativo» es obligatorio, y aquellos que se niegan enfrentan represalias laborales. Se han recolectado hasta 30 mil pesos de todo el personal, pero la directora se lleva todo el crédito, usando ese dinero para lucirse ante la gobernadora.

Lo más escandaloso de su gestión es la falta de coherencia en la aplicación de normas. Mientras que al personal se le impide usar celulares, sus amigos y colaboradores cercanos, como los jefes de departamento, tienen plena libertad para usar los dispositivos, incluso para filtrar información. A aquellos que no forman parte de su círculo cercano, se les imponen sanciones disciplinarias severas, incluso con amenazas e intimidación. Y si un empleado se atreve a cuestionar esta injusticia, se enfrenta a actas administrativas que no tienen validez, ya que no se les entrega copia de las mismas.

Como si fuera poco, Sánchez García se permite llegar tarde al trabajo y faltar cuando le conviene, utilizando como excusa reuniones «importantes» con la gobernadora, con quien presume tener una relación cercana. Mientras tanto, el personal no tiene ni un día de permiso por razones personales. La hipocresía no podría ser más evidente.

Finalmente, Columba Ibeth Sánchez García está despidiendo a empleados capacitados y evaluados, sin justificación alguna, para colocar a amigos y familiares en cargos clave, como su sobrina, quien ocupa un puesto administrativo importante. Este descarado nepotismo es una violación grave de los principios de transparencia y justicia laboral, que deberían prevalecer en una institución pública como el C3.

Esta situación no solo refleja un completo desprecio por los derechos laborales, sino también un sistema basado en el abuso de poder, la impunidad y la corrupción. El C3 de Tlaxcala, bajo la dirección de Columba Ibeth Sánchez García, se ha convertido en un nido de injusticias, hostigamiento y atropellos a la ley.