Los policías y jueces no hacen más que seguir instrucciones: ordeñar al ciudadano, y entregarle su parte al presidente municipal, conocido ya por su descaro, prepotencia y falta absoluta de ética.
Alberto Hernández Olivares, alcalde del municipio de Ixtacuixtla ha sido exhibido como el cabecilla de una red de corrupción que opera impunemente desde el propio gobierno local, utilizando al Juez Municipal y a la Policía como instrumentos de extorsión y abuso contra los ciudadanos.
La denuncia proviene de una transmisión en vivo realizada por el exdiputado Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, quien dejó en evidencia un acto grotesco de corrupción: un conductor fue retenido ilegalmente por policías municipales, llevado ante el juez calificador y presionado durante horas para entregar cinco mil pesos en efectivo, bajo amenaza de enviar su unidad al corralón.
El delito cometido por el transportista fue una desviación equivocada. Pero en Ixtacuixtla, bajo el gobierno de Hernández Olivares, cada error es una oportunidad para robar, chantajear y enriquecerse a costa de los demás.
El exlegislador no solo acudió al auxilio del chofer, sino que documentó todo. Grabó el momento en que el juez acepta el soborno, evidenciando que este sistema de “mordidas” no es una excepción, sino la regla en este municipio hundido en la impunidad.
Según las denuncias de los ciudadanos, es el alcalde quien recoge la última parte del botín. Los policías y jueces no hacen más que seguir instrucciones: ordeñar al ciudadano, y entregarle su parte al presidente municipal, conocido ya por su descaro, prepotencia y falta absoluta de ética.
Lo anterior demuestra que en Ixtacuixtla hay una mafia encabezada por un alcalde que no gobierna, sino que saquea; persigue y delinque desde el poder.
