Doña Vázquez no perdió la fe. Su hijo Alexis fue detenido por ICE en una redada en una taquería de San Benito, Texas. Sin papeles, sin defensa… y lejos de casa.
Pero Alexis pidió ser deportado de inmediato. No quería que su madre sufriera más.
Horas después, ya en territorio mexicano, el milagro ocurrió: madre e hijo se abrazaron entre lágrimas.
“Gracias a Dios mi hijo está conmigo”, dijo la señora. “Y a todos los que oraron por él… que Dios los bendiga”.
La imagen del reencuentro ha tocado el corazón de miles. Porque cuando el amor es verdadero, ni las fronteras pueden separarlo.
