El caso deja al descubierto el contraste entre el discurso institucional de la alcaldesa y las prácticas autoritarias que, lejos de resolver los problemas, terminan criminalizando a la ciudadanía organizada.
Mientras en redes sociales presume estar “abierta al diálogo”, en los hechos, la presidenta municipal de Chiautempan, Blanca Angulo Meneses, recurre a la fuerza pública y al uso de gases lacrimógenos contra la población.
Esto quedó en evidencia durante un reciente operativo en la comunidad de Coahuixmatlac, donde vecinos detuvieron a un presunto ladrón y pidieron la intervención de las autoridades. Sin embargo, en lugar de diálogo o mediación, los ciudadanos fueron recibidos con bombas de gas por parte de las fuerzas de seguridad, lo que dejó indignación entre los habitantes.
Horas después, Angulo
Meneses difundió un comunicado en el que aseguró estar dispuesta a escuchar y atender cualquier situación relacionada con la inseguridad, pero su mensaje fue severamente cuestionado por los propios ciudadanos en redes sociales, quienes le reprocharon su incongruencia y abandono.
“Si actuamos por nuestra cuenta es porque usted no hace su trabajo”, le respondieron, evidenciando el hartazgo ante la falta de resultados y la creciente percepción de inseguridad en el municipio.
El caso deja al descubierto el contraste entre el discurso institucional de la alcaldesa y las prácticas autoritarias que, lejos de resolver los problemas, terminan criminalizando a la ciudadanía organizada.