El funcionario municipal, lejos de actuar con responsabilidad desde un inicio, intentó justificar el incidente como un “momento de pérdida de cabeza”.
La imagen del primer regidor de Zacatelco, Gabriel Díaz Quintero, quedó manchada tras ser exhibido golpeando a un ciudadano, en un acto que revela no solo su falta de autocontrol, sino también el desprecio hacia la gente a la que debería servir.
El funcionario municipal, lejos de actuar con responsabilidad desde un inicio, intentó justificar el incidente como un “momento de pérdida de cabeza”, y únicamente ofreció disculpas después de que el caso se difundió públicamente. Para muchos vecinos, su arrepentimiento resulta tardío, hipócrita y claramente motivado por la presión social y mediática.
Díaz Quintero negó haber abusado de su cargo, pero la agresión física contra un habitante de Zacatelco muestra la soberbia con la que actúan algunos regidores, quienes se creen intocables y terminan usando la violencia como forma de resolver problemas personales.
Por si fuera poco, el alcalde de Zacatelco José Miguel Acatzi Luna guarda silencio absoluto, fiel a su estilo de “no pasa nada” cuando sus funcionarios se ven envueltos en escándalos.
Esa indiferencia no solo lo convierte en cómplice por omisión, sino que confirma lo que muchos ciudadanos ya opinan que en Zacatelco, la autoridad municipal prefiere proteger a sus allegados antes que defender a la gente.
Los habitantes exigen que este hecho no quede en simples disculpas mediáticas y demandan sanciones reales contra un servidor público que, con sus actos, demostró que la violencia y el abuso están por encima del respeto a la ciudadanía.