Como me hubiera gustado estar ahí, justo en ese momento…
Abrazarte fuerte y decirte:
“Mi chamita… ¿te pasa algo?
Eres linda, eres fuerte, no lo hagas, vale
Vente, vamos por un helado, o unas empanaditas de carne mechada con una maltica fría, como te gustan.
Cuéntame qué te pasa, mi amor, aquí estoy ”
No es fácil, mi vida.
No es fácil estar lejos de tu mamita, de tu gente… pero merecías quedarte, esperar a que todo se compusiera.
Tenías solo 20 años, un mundo por delante.
Y hoy duele, duele tanto no haber estado ahí.
Pero no… no estuvimos.
No te vimos.
Peleabas batallas internas tan grande, tan en silencio, que solo tú sabías.
Yusvely Marianny, como una reina, te arreglaste para tu último día.
Dejas un mensaje inmenso y un vacío enorme.
Detrás de cada sonrisa, hay quienes libran guerras invisibles.
Por eso, seamos amables. No juzguemos.
A veces, solo hace falta una pregunta para salvar una vida:
“¿Te pasa algo?”
Descansa en paz, Yusvely
