Las autoridades mantienen un silencio que aumenta la incertidumbre, y los campesinos siguen firmes, dejando claro que su lucha no se detendrá hasta obtener respuestas concretas.
Nuevamente los campesinos se sumaron al Paro Nacional Agropecuario, ya que se niegan a ceder en sus demandas de precios justos para el maíz, apoyos para el diésel y fertilizantes, y exigen que el Gobierno Federal cumpla compromisos que consideran incumplidos hasta ahora.
El cierre de rutas estratégicas ha generado caos vial y retrasos en el transporte de mercancías. El Arco Norte y la carretera México–Veracruz, en los tramos de Nanacamilpa y Sanctorum, permanecen bloqueados, mientras que en Cuamancingo, los trenes de carga están detenidos, afectando directamente a productores y comerciantes de la región.
Expertos advierten que si el bloqueo se mantiene por más días, los efectos podrían extenderse a otros estados, generando desabasto de alimentos y presiones adicionales sobre los precios de productos básicos. Mientras tanto, las autoridades mantienen un silencio que aumenta la incertidumbre, y los campesinos siguen firmes, dejando claro que su lucha no se detendrá hasta obtener respuestas concretas.
