El desorden de la Secretaria de Seguridad Ciudadana
EL PETARDO / La Opinión de Valentín Lima
Las imágenes que circularon en las redes sociales el jueves primero de diciembre bastaron para que los tlaxcaltecas se dieran cuenta de que en la Secretaria de Seguridad Ciudadana del Estado de Tlaxcala hay un completo desorden.
Para muchos quizá no vean nada malo que una pareja de policías deje su trabajo y se vaya de compras al municipio de Chignahuapan – Puebla, lo delicado es que portaban los uniformes de la policía estatal, armas y la unidad oficial.
Milenio que es un medio de circulación nacional y emitió una publicación a modo de burla, “¿Operativo navideño? Una pareja de policías de Tlaxcala, fueron victos en Chignahuapan, buscando precios para comprar esferas”.
Después de varias horas se supo que el Director Operativo de la SSC, Israel Daniel Rodríguez Montealba, aprovechó su horario laboral para acudir acompañado de una mujer “policía” a alimentar su espíritu navideño.
Esto se dio a conocer la tarde de ayer, pero hasta este momento el encargado de la dependencia estatal, Guadalupe Ballesteros Arellano, no ha dado una postura sobre este incidente que podría dejar sin chamba a los que “solapan”.
Este tipo de actos demuestran que la gobernadora está sola, han pasado más de un año de la administración estatal y algunos funcionarios no se ponen la camiseta, al contrario, se encargan de atraer problemas.
En Fin, Palabras Mas… Palabras Menos …
Han pasado varias semanas desde la renuncia del último Secretario de Seguridad, Raúl Ruiz, y no se sabe para cuándo será nombrado el próximo funcionario.
En una entrevista la mandataria estatal, Lorena Cuéllar Cisneros, dio a entender que ya está listo el nombre, solo que se encuentran en un proceso para conformar un plan de combate a la delincuencia.
No suena mala la idea, lo que urge es el nombramiento antes de que se sigan ventilando las anomalías que se practican a diario en la SSC.
En Fin, Palabras Mas… Palabras Menos …
El Ejecutivo presume un estado seguro, pero lo que andan haciendo los mandos policiales en horarios de trabajo, deja el ridículo el discurso oficial…