El Secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, es pésimo como funcionario público, ya que su talento no precisamente es manejar el techo financiero producto del pago de impuestos.
Este junior no desaprovecha el tiempo para promocionarse y descarar su ambición por ocupar una curul en la cámara alta del Congreso de la Unión, pero lo malo es que está entregando pésimas cuentas en la administración pública.
Y es que de acuerdo al informe del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, el hijo del ex gobernador habría cometido un daño patrimonial por 20 millones 515 mil 773.05 pesos.
Y es que la dependencia incurrió en diversas anomalías, pues pagó volúmenes de obras no ejecutadas por 7 millones 301 mil 119.29, pesos; pagó obras no ejecutados por 11 millones 995 mil 496.04 pesos y, de paso, realizó pago a proveedores y prestadores de servicios que no cuentan con la actividad económica por 2 millones 991 mil 34.60 pesos.