A través de una conveniencia entre Angélica Piedras y el grupo de “Bellas Flores” del barrio de Jesús, se concluyó que la tercera edad es el tesoro guardado de la experiencia.
Se trató de una plática que permitió aportar puntos de vista que contribuyen a la construcción de nuevos horizontes para la atención de necesidades.
Además se expuso que amarse no tiene fecha ni límite de edad, en las personas mayores tanto el amor como las manifestaciones afectivas se mantienen y se deben mantener como parte de un procesos de integración física y sentimental.