«Los Reyes Magos no existen», me dijeron una vez en la escuela cuando era pequeña
Reyes magos con el trabajo a cuestas, con pocas o muchas monedas en el bolsillo tratando de llegar a su destino. Con la ilusión en el rostro, con alegría en su ser y la magia en sus manos.
Hoy, a mis 38 años de edad estoy más convencida que nunca, de que esa es la mentira más grande del mundo mundial.
No saben la emoción que me da ver a tantos reyes magos por las calles, con sus manos llenas de ilusiones, buscando entre tantas opciones la que se ajuste mejor.
Reyes magos con el trabajo a cuestas, con pocas o muchas monedas en el bolsillo tratando de llegar a su destino. Con la ilusión en el rostro, con alegría en su ser y la magia en sus manos.
Recuerdo hace un año.
Venía a mi lado una señora y un señor buscando una bicicleta.
«Cuesta $1,200» dijo el vendedor.
«Viejo, no acompletamos» dijo la señora con cara de decepción.
«No te apures, mira, nos la llevamos caminando y así no gastamos en taxi. Ya mañana Dios dirá».
Se fueron con aquella bicicleta a cuestas y una cara de emoción imaginando la cara de sorpresa de aquel niño que al otro día bajo su árbol encontraría el tan anhelado regalo.
¡Los reyes magos si existen! ¡Yo los ví!
Los ví hoy en un semáforo, con una pelota de colores y una muñeca en las manos.
Los he visto trabajando arduamente para poder colocar algo bajo el árbol de aquellos pequeños que con ilusión se quedan dormidos esperando su llegada.
Yo vi a los reyes magos en aquella mujer que ha sacado a sus hijos adelante solita; en aquel padre que doblo turno para acompletar lo que hace falta.
Mi corazón no puede más que agradecer por las bendiciones en nuestra vida.
Hoy los reyes magos están emocionados, pensando en la cara de todos esos niños que despertarán llenos de ilusión para encontrar bajo su árbol un poquito de alegría.
Y no importa si es una gran bicicleta, una muñeca o solo una bolsita de dulces.
El regalo es lo de menos, pero la ilusión, la bondad y la alegría DE DAR es lo que hace la verdadera magia.
Hay un poquito de rey mago en todos nosotros. Y ojalá tengamos la ilusión de compartir con aquellos que está vez no han sido tan afortunados.
Porque los reyes magos a veces tienen dificultades. A veces no tienen trabajo, o a veces tienen que elegir entre una muñeca y pagar la renta de su hogar. A veces los reyes magos se sientes tristes porque creen no poder cuando la realidad es que la magia si existe y logra cosas asombrosas.
¡Gracias Reyes magos! Por la alegría que nos han hecho sentir por años.
Por la bendición que yo he recibido de ustedes.
En mi caso, en 38 años jamás han faltado a mi hogar. Siempre hay algo para mí bajo el arbolito. Y eso trato de hacer ahora yo que tengo un poquito de Reyna maga en mi familia.
Melchor, tu qué te manifiestas en aquella mujer (solita) que trabaja mucho para darle a sus pequeños lo mejor. Que Dios te bendiga y te llene de la fuerza que necesitas para salir adelante.
Gaspar, tu qué estás en cada padre de familia que lleva el sustento a su casa, trabajando de sol a sol para lograr hacer los sueños realidad. ¡Gracias! Que Dios te bendiga y te siga dando trabajo, salud y sobre todo esa garra que has tenido para salir adelante.
Baltazar, tu qué vives en ambos padres que se esfuerzan día a día para salir adelante, trabajando hombro con hombro. Que Dios te bendiga y te llene de alegrías y trabajo para poder cumplir lo que siempre te propongas.
Y los 3, Melchor, Gaspar y Baltazar, les pido se manifiesten en personas de buen corazón que compartan sus bendiciones con los menos afortunados.
Queridos Reyes magos:
Este año no quiero pedir. Este año quiero AGRADECER.
Por mi salud y la de los míos. Por el trabajo recibido.
Por el techo en dónde duermo y el alimento que hay sobre mi mesa.
Por mi familia, Gracias
Querido Rey o Reyna maga que me lees hoy. ¡GRACIAS!
Por enseñarme que la magia… La magia si existe.
Con amor, Mrs. (Yo si creo en ustedes).