El funcionamiento de estos es separar la base de la edificación del suelo, permitiendo que se comporte de manera flexible ante los movimientos de la tierra.
Además absorbe la energía del sismo, lo que reduce la energía transferida a la estructura, evitando que ésta resulte afectada.
Estos tipos de artefactos son muy comunes en todos los edificios de gran altura que se encuentran en zonas de alto riesgo de sismos como los son China, Japón, Chile, Estados Unidos.