Hoy, Chiautempan llora una pérdida que pudo evitarse si su presidenta hubiera actuado con responsabilidad y respeto por la ley.
La negligencia de Blanca Angulo Meneses, presidenta municipal de Chiautempan, cobró una vida. Mientras el Gobierno del Estado de Tlaxcala impulsó reformas para erradicar los peligrosos “giros negros”, la alcaldesa decidió cerrar los ojos, ignorar la ley y permitir que estos establecimientos sigan operando en la ilegalidad.
Lo anterior luego de que la madrugada de este domingo, un hombre fue asesinado y otro más resultó herido por arma de fuego en el bar clandestino “La Oficina”, el cual funcionaba fuera del horario permitido. Este negocio operaba abiertamente en territorio municipal sin que Angulo Meneses, ni su administración, hicieran algo para clausurarlo, a pesar de que desde el 1 de abril existe una reforma que prohíbe estos giros bajo sanciones penales.
Y es que la Secretaría de Gobierno del Estado confirmó que el bar violaba la ley, y lamentó públicamente que el ayuntamiento de Chiautempan no haya aplicado la norma.
O lo permitió deliberadamente, o simplemente no está cumpliendo con su deber.
Esta omisión no es solo administrativa, es una falta grave que demuestra la complicidad o incapacidad de Blanca Angulo para proteger a los ciudadanos.
Su permisividad frente a negocios ilegales que representan un riesgo para la seguridad pública ha tenido consecuencias fatales.
Hoy, Chiautempan llora una pérdida que pudo evitarse si su presidenta hubiera actuado con responsabilidad y respeto por la ley.
