El desconocimiento persiste incluso a días de la jornada electoral, ya que muchas y muchos ciudadanos no saben que deben elegir cargos judiciales, ni qué implicaciones tendrá su decisión.
Con escasa atención y casi nula participación ciudadana, el 28 de mayo concluyeron las campañas para elegir por primera vez en México a integrantes del Poder Judicial por la vía del voto popular. Aunque el proceso representa un cambio profundo en el modelo de justicia, la apatía social ha sido la constante en estas semanas de proselitismo.
El grueso de la ciudadanía aún desconoce cómo votar, por quién hacerlo o incluso por qué esta elección es importante.
En Tlaxcala, 142 personas realizaron campañas para competir por 36 cargos judiciales. Entre las posiciones a renovarse se encuentran magistraturas y funciones clave en distintos tribunales locales. A pesar de ello, la respuesta ciudadana ha sido mínima.
Los aspirantes apenas lograron visibilidad en el espacio público, y sus actividades no lograron despertar el interés ni generar diálogo sobre el papel del sistema judicial en la vida cotidiana. Las redes sociales y calles del estado reflejan más indiferencia que expectativa.
El Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) intentaron cumplir con la Reforma Judicial que dio origen a este proceso, mediante materiales informativos, capacitaciones y promoción institucional. Aun así, el desinterés generalizado parece haber superado cualquier esfuerzo de difusión.
El desconocimiento persiste incluso a días de la jornada electoral, ya que muchas y muchos ciudadanos no saben que deben elegir cargos judiciales, ni qué implicaciones tendrá su decisión.
