Estudiante se habría puesto “grifo” y se desmayó en la calle, en la capital  

 

El caso desata una ola de preocupación entre padres de familia por el creciente riesgo del consumo de sustancias entre jóvenes.

 

Una escena de horror paralizó a peatones y comerciantes en Ocotlán la tarde del miércoles, cuando una adolescente de 15 años colapsó repentinamente frente a una concurrida tienda departamental, presuntamente tras ingerir una sustancia desconocida.

Testigos relatan que la joven —quien portaba el uniforme del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala— caminaba con pasos erráticos, visiblemente confundida y con signos de alteración severa. “Parecía no saber dónde estaba. Tropezaba y decía cosas sin sentido”, relató un testigo.

El desconcierto dio paso a la urgencia cuando la menor, identificada con las iniciales S.N., comenzó a vomitar y a experimentar alucinaciones. En cuestión de minutos, colapsó sobre la banqueta, lo que provocó la inmediata intervención de ciudadanos que alertaron al 911.

Paramédicos y elementos policiales acudieron al sitio y brindaron los primeros auxilios. Los síntomas apuntan a una posible intoxicación, aunque las causas exactas aún no se confirman. S.N. fue trasladada de urgencia a un hospital cercano, donde permanece bajo observación médica.

Hasta ahora, las autoridades no han determinado si la sustancia fue ingerida de manera voluntaria, si hubo coacción, o si se trató de una situación accidental. No se descarta ninguna hipótesis.

Este incidente encendió las alarmas en la comunidad. Padres de familia, docentes y vecinos expresaron su preocupación por la aparente facilidad con la que los adolescentes acceden a sustancias nocivas. La presión social, la desinformación y la falta de vigilancia son factores que, según expertos, están contribuyendo al aumento de estos casos.

La Secretaría de Seguridad Pública informó que ya se abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades.

Mientras tanto, la comunidad exige acciones concretas: más prevención, más vigilancia y más orientación. Lo ocurrido en Ocotlán no puede ser visto como un caso aislado, sino como un llamado urgente a actuar antes de que la tragedia toque a más puertas.