Lo más grave es que, pese a sus intentos por minimizar el problema, Angulo no pudo ni siquiera defenderse de los señalamientos por presuntos desvíos millonarios.
Ni con discursos ni con excusas, la presidenta municipal de Chiautempan, Blanca Angulo, pudo sostener los señalamientos que pesan sobre su administración.
Entrevistada intentó justificar un presunto daño patrimonial de 4 millones de pesos, pero la realidad la exhibió con crudeza: su gobierno no solo está marcado por el desorden, sino por una incapacidad flagrante para manejar los recursos públicos.
Los números no mienten. Mientras que en la última revisión al trienio del exalcalde Gustavo Jiménez la Capach registró apenas 78 mil pesos de daño patrimonial, en el arranque de la administración de Angulo el desfalco se disparó a 1 millón 440 mil 943 pesos. Una diferencia descomunal que retrata de cuerpo entero a un gobierno que ya inició hundido en irregularidades.
Lo más grave es que, pese a sus intentos por minimizar el problema, Angulo no pudo ni siquiera defenderse de los señalamientos por presuntos desvíos millonarios. Cada cifra, cada observación, terminó por desmoronar su discurso, dejando claro que su administración no tiene rumbo, ni transparencia, ni resultados.
La presidenta de Chiautempan se encuentra acorralada ya que los informes la contradicen, y la ciudadanía cada vez más la repudia. Su gobierno no solo empezó peor que el de su antecesor, sino que hoy exhibe un fracaso monumental que amenaza con hundir todavía más al municipio.
Con estas irregularidades sobre la mesa, Blanca Angulo queda marcada como una alcaldesa que no sabe gobernar, que no puede responder con claridad y que, lejos de defender a Chiautempan, lo está condenando a un desastre financiero sin precedentes.