Los delincuentes escaparon sin mayor complicación, mientras que las corporaciones policiacas, tanto municipales como estatales, llegaron tarde y sin pistas claras.
Ni la luz del día detiene a la delincuencia en Tlaltelulco, donde la inseguridad sigue rebasando por completo a la presidenta municipal Rocío Meléndez sin que haya respuestas claras ni resultados visibles ante la ineficiente forma de gobernar.
El martes al mediodía, dos sujetos armados irrumpieron violentamente en la tienda de abarrotes “Juquilita”, ubicada en la calle Progreso del barrio Santa Cruz Progreso. No solo robaron cerca de 50 mil pesos en efectivo, sino que además golpearon a los propietarios, dejando a uno de ellos con lesiones visibles y a ambos en crisis nerviosa.
Los delincuentes escaparon sin mayor complicación, mientras que las corporaciones policiacas, tanto municipales como estatales, llegaron tarde y sin pistas claras. Como en muchos otros casos, no hubo detenidos, no hubo persecución y, lo peor, no hay garantías para los comerciantes ni ciudadanos.
A pesar de los constantes reportes ciudadanos sobre robos, asaltos y violencia, la alcaldesa Rocío Meléndez Pluma no ha presentado un plan de acción efectivo, ni ha dado la cara ante esta ola de inseguridad que mantiene en zozobra a la población.
Sus discursos huecos han reflejado que no tiene la capacidad para resolver los problemas de inseguridad que tiene el municipio y que han incrementado sin que tome acciones contundentes.
La Fiscalía exhortó a los afectados a presentar una denuncia formal, sin embargo, la confianza en las instituciones es mínima cuando el crimen actúa con total impunidad y el gobierno municipal permanece pasivo.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen desprotegidos, y la administración actual parece más ocupada en el discurso que en la solución.
