“La dejaron para morir… pero no sabían que aún le quedaba esperanza”

Un grupo de ciclistas cambió su ruta y terminó cambiando una vida.

En medio del bosque, atada a un árbol con una cuerda al cuello, sin agua ni comida por días, estaba ella. Tan delgada que parecía parte del paisaje. Apenas respiraba. No ladraba. No se movía.

Pero cuando la soltaron… movió la cola.

Sí, incluso después del abandono más cruel, seguía confiando.
La llamaron Alma.

Porque eso era lo único que le quedaba.

Hoy, semanas después, fue adoptada por una niña de 10 años que promete nunca soltarla.

A veces, cuando todo parece perdido, aparece alguien que cambia el destino.